viernes, 20 de noviembre de 2015

Ponemos punto y final a los actos conmemorativos del vigesimoquinto aniversario de la Cuadrilla de Hermanos Costaleros de Mª Santísima del Consuelo, pero punto y seguido a esta maravillosa historia de un grupo de amigos unidos por la devoción a la Madre de Dios.

Sirva esta entrada para, en primer lugar agradecer a la Comisión Organizadora su esfuerzo desinteresado para hacer de ésta efemérides un signo de la pujanza y vitalidad de esta cuadrilla. 

Cuando el año pasado decidimos organizar este Aniversario, lo hacíamos con dos ideas claras: en primer lugar la de resaltar el carácter peculiar de este grupo de hombres que cada Miércoles Santo tiene la fortuna de sentir más cerca que nadie el Consuelo de María. Un grupo caracterizado por su humildad, su fidelidad a la Virgen y sus profundos valores cristianos y de hermandad.

En segundo lugar, seguir la línea marcada en una Hermandad que siempre se ha caracterizado por la esmerada preparación de cualquier acto, baste recordar la exitosa organización del XXV Aniversario de la Bendición de la imagen de Nuestra Madre el pasado año 2014. Y hacerlo sin ocasionar más trabajo o coste económico a una Junta de Gobierno que a su vez se encontraba organizando el XXV Aniversario de la primera salida procesional. Junta de Gobierno, con su Hermano Mayor Emilio Martín a la cabeza, que sabemos se encuentra muy orgullosa de este grupo humano, y que nos ha apoyado en todo momento en el transcurso de esta conmemoración tan importante para ellos también.

Ha sido un año intenso, con multitud de actividades, todas ellos con gran participación, que perdurará en el tiempo muy cerca del corazón de la Virgen, donde la filigrana se ha hecho prueba de amor y testigo del fervor de sus hijos por su Madre. 

Y por ello queremos desde aquí agradecer a todas las personas que desinteresadamente han hecho posible que 2015 sea un año que quedará marcado en el recuerdo de nuestra Hermandad.
Como decíamos ponemos el punto y seguido a esta maravillosa historia. La historia personal de cada uno de nosotros, pero a su vez colectiva, ya que todos nos hacemos uno al abrigo del manto de la que es Reina del Miércoles Santo.

Y es que lo que marca la diferencia no se encuentra bajo las trabajaderas. Un solo motivo nos impulsa a seguir trabajando. La VIRGEN, siempre la VIRGEN….

A todos, GRACIAS…

Reina del Consuelo, ruega por nosotros…

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